lunes, 16 de junio de 2008

Irlanda ha votado no al Tratado de Lisboa

Irlanda ha votado no al Tratado de Lisboa y nuestros más recios defensores de la democracia se han apresurado a ponerla como chupa de dómine. Lo más curioso es que el argumento más empleado para criticar el resultado ha sido el de considerar que eran unos desagradecidos porque era el país que más dinero había recibido de la UE. No hablaban de las bondades del Tratado de Lisboa y de los beneficios que nos reportaría a todos los europeos, no. No sé si porque no es así o porque los que hablaban no conocen el Tratado ni sus virtudes. Recordaban cómo Francia y Holanda habían "tumbado" la constitución europea votando no en sus referéndum, pero ahí no había crítica. No sé si porque no les gustaba el proyecto de constitución o porque Francia y Holanda son ricos, no han recibido dinero de la UE y eso les autoriza a votar lo que les dé la real gana, pero por los comentarios tan delicados que le dedicaron a Irlanda, más parecía ser este último el motivo.

La verdad es que oír y leer a algunos fue una auténtica lección de democracia aplicada y pude darme cuenta de que cualquier día criticarán a un parado por votar al partido de la oposición después de haber estado cobrando el paro durante el mandato del gobierno saliente. También es muy posible que, si alguna vez se reforma la constitución española, cuando deban someterla a referéndum critiquen el que, por ejemplo, Asturias vote en contra después del dinero recibido del estado central. Y lo mismo le podrían decir a Andalucía, Extremadura, etc. Y supongo que nada reprocharán a que Cataluña, Valencia, Madrid, etc. voten lo que les parezca, ya que son comunidades ricas que no han recibido, sino aportado dinero para las demás.

Quizás algún día, además del carnet de identidad, cuando vayamos a votar, tengamos que llevar también nuestra declaración de la renta para ver si podemos votar lo que queramos o sólo lo que nos manden. Ya está bien de que aquí cada uno vote lo que le dé la gana. ¿Pero, dónde se ha visto, que cualquier muerto de hambre pueda votar como un acaudalado empresario, un fiel servidor de la cosa pública o un opinador de los grandes o menos grandes medios de comunicación? ¡Ah, no! ¡Ni hablar!

Porque, claro, en Irlanda quizás han oído hablar del nuevo proyecto de la UE para aprobar la semana laboral de 65 horas y como los irlandeses deben de ser unos vagos de tomo y lomo han votado no a lo que han podido. También es posible que hayan leído el fallo (nunca mejor dicho) del Tribunal Europeo de Luxemburgo que ha considerado legal que una empresa tenga trabajadores de otro país miembro pagándoles los salarios de su país de origen y no los que les corresponderían en el país que están trabajando. Y como los irlandeses, además de vagos, seguramente son unos peseteros (perdón, eureros), cuando les han llamado a votar, han dicho que verdes las han segado.

En fin, no sé que quieren estos irlandeses, con lo feliz que se puede ser yendo a trabajar a Alemania 65 horas de nada a la semana y cobrando el salario de un español. Yo, desde luego, me apunto. Al fin y al cabo, para que quieres el tiempo libre; con un salario español en Alemania, salvo morirte no puedes hacer otra cosa, así que, entre tanto, ¿qué mejor que crear riqueza para los ricos mientras el cuerpo aguante?

Por cierto, ¿alguien sabe algo de nuestros sindicatos de clase?

La UE era un gran sueño que empezó llamándose Mercado Común y todos queríamos entrar en él porque no sabíamos que la mercancía íbamos a ser nosotros.

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