lunes, 15 de septiembre de 2008

La poca calidad democrática del gobierno de Zapatero

Zapatero prometió en Rodiezmo venir a Asturias para comprobar la marcha de las obras públicas. Y cumplió su promesa. Lo que no hizo, al igual que su Ministra de Fomento en la anterior legislatura y en la actual, fue dar plazos para la finalización del AVE o de la Autovía del Cantábrico. Si no hay plazos no hay incumplimientos.

Pero si no hay compromisos claros, tampoco hay confianza de los ciudadanos en su gobernantes.

Areces, nuestro presidente que tanto se quejaba de la falta de lealtad institucional entre las administraciones cuando gobernaba el PP, parece encontrarse ahora encantado en este limbo de la indefinición en cuanto a los plazos de nuestras grandes obras. ¿Que les dirá a los empresarios que se plantean invertir en nuestra región? Les dirá como Zapatero que las obras estarán terminadas "en tiempo". No dijo "a tiempo", no, dijo "en tiempo". ¿Qué habrá querido decir? Una persona como él que maltrata a diario tanto al diccionario como a la fonética puede haber querido decir cualquier cosa, pero lo que no ha querido fue asumir ningún compromiso con esta región, ni con sus votantes.

La diferencia entre un gobierno democrático y otro que no lo es, no es sólo el haber salido elegido de unas votaciones libres, sino que depende también de que trate a las personas como ciudadanos y no como súbditos.
Un gobierno como el de Zapatero que trata a los ciudadanos como si fuéramos menores de edad, a los que hay que engañar con respecto a la situación económica y a los que no se les quieren dar fechas para la terminación de las obras que dependen del estado es un gobierno de una calidad democrática bajísima.

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