domingo, 30 de noviembre de 2008

Zapatero descree del intervencionismo

Ante la crisis que arrecia y que nadie sabe explicar, los gobiernos toman medidas que consisten, casi exclusivamente, en destinar miles de millones de euros para ayudar a los bancos y a las empresas de algunos sectores. Da pavor ver con que alegría se anuncian esas medidas y nadie explica por qué, si el año pasado o hace dos años se hablaba de aumentar las pensiones o el salario mínimo interprofesional, enseguida todos nos explicaban que eso no se podía hacer, porque que si los recursos son limitados, que si subía la inflación, que si no se podían subir los impuestos y bla, bla, bla. Sin embargo ahora parece que todo eso ya no importa y se pueden destinar miles de millones de euros para dinamizar la economía. Dicen. Y yo digo, ¿por qué ese dinero que se da a los bancos no se nos da a nosotros?. Si es para animar el consumo nosotros hemos demostrado que sabemos consumir muy bien, quiero decir, mucho, y seguro que, sobre todo en estas fechas navideñas, sabríamos gastarlo todo bien alegremente.

No soy capaz de entender por qué se da dinero a los bancos para que tengan liquidez (¡pobres!) y nos lo puedan prestar con sus buenos intereses, y no nos lo dan a nosotros para que lo gastemos directamente. O, ya puestos, podría prestárnoslo el estado y pagarle a él los intereses, en lugar de hacerlo a los bancos.

Bueno, ya sé que todo esto que digo deben de ser grandes tonterías, porque los sesudos hombres que nos gobiernan y los no menos sesudos empresarios que han sabido llevar a sus grandes empresas al borde de la catástrofe están todos de acuerdo en que esto es lo que hay que hacer y que aún se necesitan más ayudas y más dinero para que toda esta maquinaria siga funcionando, porque si no ¿a dónde iremos a parar? o mejor dicho, porque si no todos pararemos e iremos derechitos a las listas del paro. Y claro, como las empresas no quieren vernos en tan penosa situación le piden dinero al gobierno para poder mantener sus empresas funcionando y conservar así nuestros puestos de trabajo. Que ellos son muy buenos y lo hacen por eso y no por otros motivos. Ya se sabe que los empresarios sólo quieren crear riqueza... no, no para ellos, ¡como sois!, quieren crear riqueza para el país; ¡si ellos son muy austeros y se conforman con cualquier cosa!

Y está muy bien, ¡qué caramba! El estado nos exprime a base de impuestos, que destinará a las empresas y bancos para mantener este bonito sistema de libre mercado (ja, ja). Las empresas y los bancos a cambio nos mantienen en nuestros puestos de trabajo (no a todos, ya se sabe, que la empresas no son centros de caridad y están para ganar dinero) para que podamos, con nuestro salario, comprar los productos que fabrican, pagar los préstamos que necesitamos para comprarlos, que con el salario no se puede comprar todo sin endeudarse, y pagar los impuestos que sean necesarios para que esas empresas y esos bancos puedan seguir funcionando y ganando dinero, claro, que las empresas están para ganar dinero. Si lo ganan porque las cosas van bien, pues eso, y si no lo ganan porque las cosas van mal, pues para eso estamos nosotros, porque las empresas no son instituciones benéficas, pero nosotros sí que somos personas caritativas que ayudamos a las empresas a salir adelante.

Y si una empresa rusa, por ejemplo, Lukoil, quiere hacerse con nuestra principal petrolera, digamos que Repsol, ¿tendría que hacer algo el gobierno para evitarlo y que siga siendo española? No, no y no. Porque nuestro presidente Z descree del intervencionismo (ja, ja, ja).

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