domingo, 25 de enero de 2009

Obama o la necesidad de un líder

La elección de Obama ha mostrado claramente que el mundo occidental necesita un líder. De momento ha escogido a Obama y pronto veremos si éste es el líder que todos esperaban y que se han apresurado a alabar teniendo como únicas referencias su campaña electoral, su discurso tras ganar las elecciones y el discurso de toma de posesión. Pocos elementos sin duda para juzgar el mandatario de la, hoy por hoy, primera potencia mundial. Lo que viene a apoyar todavía más la idea de que necesitamos un líder urgentemente.

Las democracias occidentales y sus sistemas de partidos, férreamente controlados por sus aparatos, han ido haciendo un proceso de antiselección en el que, al final, llegan a la cumbre de los partidos y, por tanto, a gobernar las naciones los menos capacitados para ello. Cuando nos encontramos con una situación como la actual con una crisis financiera de dimensiones extraordinarias, de la que se conocen vagamante los orígenes pero no se tiene la menor idea de cómo se puede salir de ella, todos vuelven sus ojos a la denostada USA y esperan que su nuevo presidente no sólo sea mejor que su nefasto predecesor, sino que se espera que sea capaz de conducirnos de nuevo hacia la tierra prometida del crecimiento y la abundancia.

De momento, ha decidido no hacer concesiones al optimismo, al contrario que nuestro eximio presidente de gobierno, y en su discurso de toma de posesión ha pintado las cosas del obscurísimo color que tienen y en los días posteriores ha dicho que la mala situación actual puede ser dramáticamente peor si no se toman medidas urgentes. Es decir que, a pesar de la admiración que Zapatero siente por él, no parecen compartir la idea de que el pesimismo no crea puestos de trabajo. O, a lo mejor sí, pero, sin duda, Obama también debe de pensar que tiene la obligación de decir la verdad a sus conciudadanos y de no embaucarles con optimismos ilusos que, seguramente, no le perdonarían.

Obama quizás lidere la recuperación mundial. No lo sé. Lo que sí hará, sin lugar a dudas, es intentar liderar la recuperación de EEUU. También procurará defender los intereses de su nación en todo el mundo y aunque intentará dialogar, al menos, en estos primeros meses (de hecho ya ha enviado emisarios a los lugares en conflicto) tendrá difícil llegar a acuerdos, sobre todo con aquellos gobiernos que han hecho del enfrentamiento con USA su razón de ser y el del apoyo de una gran parte de sus conciudadanos. Y llegados a un punto de no acuerdo, estoy seguro de que Obama defenderá los intereses de sus país con mano firme y sin concesiones.
John F. Kennedy tuvo en su corto mandato una trascendencia fundamental en el desarrollo de los derechos civiles en USA, pero todos parecen olvidar que durante el mismo también se produjo la invasión de la Bahía de Cochinos, la crisis de los misiles con Cuba, el inicio de la guerra fría con la construcción del muro de Berlín, el inicio de la carrera espacial y el comienzo de la guerra de Vietnam. En fin, que tuvo hitos muy positivos en su política interior, pero no tanto en política exterior.

Estoy seguro de que Obama no va a ser muy distinto y no va a permitir que sus país deje de ser la potencia mundial que es, pretenderá seguir siendo el gendarme de occidente y no va a ceder, ni compartir, por su propia iniciativa el papel de potencia hegemónica.

Es posible que se acerque a Europa, pero será sin duda, para pedir su colaboración y apoyo en la lucha contra el terrorismo internacional y en las guerras que tiene ahora mismo en marcha. Es más que probable que, a sus rendidos admiradores de la vieja Europa, les diga claramente que se han acabado los días de hacer el papel de cínicos críticos del imperio pero contando con él para que les saque las castañas del fuego. Les quitará la máscara a unos cuantos y éstos se arrepentirán de sus apoyos infantiles y paletos de estos días, porque contra USA se vive mejor; pero ya será tarde. ¿Que nos dirán entonces?

No hay comentarios: