El presidente del gobierno ha estado en Rodiezmo, en uno de esos actos que celebran los partidos políticos para practicar el onanismo mental y sentirse encantados de haberse conocido. Bueno, también lo aprovechan para dar culto al líder y pelotillear en busca de algún cargo, regalía, puesto en alguna ejecutiva, cargo de libre designación y todas esas innumerables formas que han inventado nuestros líderes para vivir de nuestros impuestos.
Zapatero prometió la subida de las pensiones mínimas por encima del IPC, anunció más gasto social para este año especialmente duro y no se acordó de Asturias para nada. Es cierto que da igual que se hubiera acordado que no, porque las consecuencias serían las mismas: nada. Pero, por el mismo precio, podría haber hecho alguna que otra promesa para añadir a la supresión del peaje del Huerna, la finalización de la autovía del Cantábrico o la llegada de la alta velocidad.
Todas estas promesas fueron hechas cuando era candidato en 2004 y todas fueron incumplidas una vez llegó al poder, pero sin que sus resultados se resintieran en 2008 en este finisterre cantábrico.
Sin embargo, esta ausencia de promesas viene a demostrar que nuestro presidente maneja muy bien sus recursos políticos y no gasta nada que no le vaya a aportar algún voto. Como en esta Asturias Patria Querida tiene la victoria asegurada por los siglos de los siglos (no decir amén que nuestro estado es laico aunque la Constitución diga que es aconfesional), no son necesarias promesas ni siquiera para incumplirlas.
Es verdad que nuestro eminente presidente del Principado, Don Vicente Álvarez Areces, habría agradecido alguna promesa sobre el maná promisorio en forma de inversión que le ayudase a mejorar sus resultados en las próximas elecciones. Y necesita mejorar, porque de ese modo quizás no tenga necesidad de pactar de nuevo con IU, único partido político del mundo que es gobierno y oposición a la vez.
Así es, señoras y señores. IU, seguramente debido a sus precarios resultados, ha inventando la rueda cuadrada, la cuadratura del círculo, la torre derecha de Pisa y el fútbol que se juega con la mano. Todo es poco para seguir el camino de la desaparición, pero, entre tanto, hay que saborear las mieles del poder, la VISA, el coche oficial y el manejo de los presupuestos que es la forma más agradable de gastar: comprar con el dinero de los demás. No se lo podemos reprochar, es su naturaleza.
Dicen que con el acto de Rodiezmo comienza el curso político. No se asusten, ni se notará. Es lo bueno de tener los políticos que tenemos, da igual que estén gobernando que de vacaciones, en el poder o en la oposición. Su falta de competencia es tal que no sólo no pueden arreglar las cosas que van mal, sino que ni siquiera son capaces de estropear lo que funciona... Si es que queda algo que funcione.
Por cierto, ¿alguien sabe algo de nuestros intelectuales (ya, ya sé que no tenemos de eso, me refiero a los que llaman de ese modo) y artistas varios? ¿Estarán preparando las pancartas del "No a la guerra" (Afganistán, ya saben), algún manifiesto reclamando al gobierno medidas para salir del marasmo económico en que nos encontramos, alguna reivindicación de juego limpio con la oposición, alguna proclama en contra de los "watergatecitos" a la española que tanto le gustan al PSOE cuando gobierna, o algún vídeo de los de "hay motivos"? ¡Es verdad, es verdad, es verdad! que no está gobernando el PP. Siempre se me olvida que a nuestros intelectuales y actores (convengamos en aceptar esa denominación) sólo se les excita sus espíritu crítico y alternativo cuando y donde gobierna la derecha. Los del PSOE son amigos y ellos saben ser agradecidos. Hoy por ti y mañana por mí.
Y el PP, entre tanto, viendo cómo el PSOE acapara el título de Guardián de los desamparados y les deja a ellos el de Patrón de los empresarios (bonito juego de palabras). Y Montoro y Rajoy y el resto de la peña encantados, porque ellos están en la pomada y saben que no se puede aumentar el gasto, ni se pueden subir los impuestos y además hay que reformar el mercado de trabajo y flexibilizarlo y disminuir los impuestos a los que ya apenas pagan impuestos y no dar ayudas (limosnas, dicen) a los parados, porque lo que hay que hacer es darles trabajo (no me digan que no son ingeniosos), y están contentos porque las encuestas le ponen por delante y porque Pedro J. ya no les trata mal y Jiménez Losantos sí , pero ya no se le oye, así que como si no lo hiciera, y ¡Mariano presidente! ¡Mariano presidente! Y así hasta la derrota final.
En un país con más de cuatro de millones de parados y con otros tantos temiendo ser los siguientes de la lista, con unos empresarios (de alguna manera hay que llamarlos) apagando el fuego con gasolina y con una clase media empobrecida y endeudada hasta las cejas ¿piensa Mariano, de verdad, que va a ganar una elecciones si no es capaz de convencer a toda esa gente de que él está con ellos y de que les ayudará a encontrar trabajo, sí, pero sobre todo a sobrevivir hasta entonces?
Amigo Mariano, Zapatero es Eva Perón y a Eva Perón sólo puede ganarla, si puede, Perón.
¿Así estamos? Así exactamente. Y si no, al tiempo.
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