domingo, 18 de diciembre de 2011

Los empresarios están enfermos

¿Qué les pasa a los empresarios españoles? ¿Cuál es su enfermedad?
Llevamos cuatro años de crisis durante los cuales han dejado sin trabajo a tres millones de trabajadores y ahora ya dicen que también es necesario despedir a funcionarios.
Escucho al presidente de la patronal y tengo la sensación que el director del hospital es el dueño del tanatorio y por eso no habla de curar a los ingresados, sino de disponer de suficientes medios en la morgue.
No tengo ninguna confianza en lo que vaya a hacer Rajoy, porque me temo que las medidas que va a tomar cargarán el peso de la crisis sobre quienes ya la venimos soportando con más intensidad: trabajadores, autónomos y pequeñas empresas; y porque creo que esas medidas no van a ayudarnos a salir de la crisis. Desde luego a los colectivos que acabo de citar, no.
Pero a pesar de esa falta de confianza, yo le pediría que fuera valiente y audaz y que se atreviera a hacer lo que muchos pensamos, lo que acaso también piensa él mismo. Que llamara a la directiva de la CEOE y le preguntara qué es lo que piensan hacer sus empresas si el gobierno toma las medidas que reclaman. ¿Qué harán? ¿Dejarán de despedir a trabajadores? ¿Darán seguridad en el empleo en lugar de encadenar contratos temporales indefinidamente? ¿Dejarán de percibir la cuantiosas subvenciones que reciben de las diferentes administraciones con los motivos más variados y, en algunos casos, pintorescos?
Rajoy debería parafrasear: no os preguntéis que puede hacer el gobierno por vosotros, sino más bien qué podéis hacer vosotros por España.
Y si no obtiene una respuesta satisfactoria, podría publicar el nombre de todas las empresas de España que durante los últimos cuatro años han tenido EREs con extinciones de contratos temporales o definitivas a pesar de tener beneficios, en algunos casos, cuantiosos beneficios. En esa relación podría incluir también el importe de las subvenciones recibidas de las diferentes administraciones.
Esa medida nos permitiría comprobar qué tipo de empresario tenemos en España, siempre dispuesto a buscar el abrigo de la subvención, del contrato público, del calor de las Administraciones protectoras y que, curiosamente, reniegan de las ayudas a los trabajadores y claman por una libertad que, si de verdad existiera en la economía española, ya haría tiempo que muchos de ellos habrían dejado de llamarse empresarios.
Continuando con la supuesta reunión con Rajoy, la cúpula de la CEOE también podría explicar por qué mientras ellos hablan de las condiciones para despedir y de la creación de los minitrabajos que en realidad es la autorización de los minisueldos, en Alemania o Suecia, por poner dos ejemplos, están haciendo ofertas para encontrar ingenieros porque de sus universidades no salen suficientes titulados para cubrir la demanda de sus empresas. ¿Será porque tienen más facilidades para despedir o será porque son empresarios que buscan el desarrollo de nuevos productos?
Según se puede leer en diferentes informaciones, el año pasado nuestra liberal y amante defensora del mercado cúpula patronal percibió 21,4 millones de euros en subvenciones para cursos de formación para el empleo. En pesetas más de 3.500 millones. ¿Cuántos trabajadores han encontrado trabajo gracias a los cursos pagados con ese dinero? No lo sé. Pero lo que sí sabemos todos es que en 2010 el número de parados aumentó en 550.000 personas.
No voy a mirar las subvenciones que hayan podido percibir en 2008, 2009 y 2011, pero suponiendo que fueran del mismo importe, y seguro que me equivoco muy poco, en estos cuatro años de profunda crisis habrían recibido 14.000 millones de pesetas (me gusta decirlo en pesetas). Al tiempo que el paro aumentó en 3.000.000 de personas. Es decir que entre todos los españoles y gracias a la desmedida generosidad de nuestro gobierno les hemos dado a esos empresarios que tanto nos quieren y a los que tanto queremos la bonita cantidad de 4.666 pesetas por cada persona que han puesto de patitas en la cola del paro. ¿Somos rumbosos o no somos rumbosos?
Alguien debería decirles a los representantes de la patronal que como broma no ha estado mal, pero que va siendo hora de que sean de verdad lo que dicen llamarse o que se vayan a su casa y nos dejen en paz a todos. También, si les parece, puede emigrar a EEUU, donde las reglas del mercado se parecen bastante a las que ellos dicen querer. Que lo hagan tranquilamente, que, cuando sean mayores y quieran volver, con el dinero que nos hayamos ahorrado en subvenciones les pagaremos gustosos el viaje de vuelta para que vengan a pasar sus últimos días en su país en una residencia de ancianos. Y que no se preocupen por el dinero, ya les buscaremos plaza en una pública.
Y como no quiero ser injusto, también hay en España empresas que crean trabajo en estos tiempos de crisis. Que a pesar de lo que dicen los dueños del tanatorio, con nuestro mercado de trabajo se puede contratar a más trabajadores. Son empresas como Zara, El Corte Inglés, Central Lechera Asturiana y un no demasiado largo etc. de empresas y de empresarios de verdad que saben hacer frente a las dificultades y tejer con los mimbres que hay, en lugar de quejarse y buscar desesperadamente la teta generosa de la subvención pública.

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