Vivimos
tiempos extraños en un país que, de continuar así, pronto parecerá
un remedo del que visitó Alicia. Lamentablemente aquí no
encontraremos a los personajes con los que tuvo que tratar la
protagonista de Lewis Carroll, pero tenemos otros personajes igual de
estrambóticos.
El molt
honorable president de la Generalitat de Catalunya acaba de afirmar
que “estamos a medio camino hacia el infinito”. ¡Qué grande, el
molt honorable president! ¡A medio camino hacia el infinito! Estar a
medio camino hacia el infinito es tanto como decir que ya se ha
alcanzado el infinito, porque la mitad de infinito es infinito; pero
como el infinito es por definición inalcanzable, ¿adónde cree
haber llegado el sr. Mas? Es posible que con ese apellido ya se
tienda a decir sandeces infinitas.
En otra de
nuestras Comunidades históricas (siempre me pregunto qué será,
Asturias, por ejemplo, si no es histórica; ¿quizás
protohistórica?), el PNV (partido que gobierna en el País Vasco) y
EH Bildu (simpáticos simpatizantes con el mundo más oscuro de esa
sociedad) convocaron una manifestación en Bilbao bajo el lema
“derechos humanos, acuerdo, paz” (disculpen que no lo ponga en
vasco, pero si no se entiende en español, no creo que ayude nada
ponerlo en otra lengua). Esta manifestación a la que, según los
medios, acudieron cien mil personas, era, por lo que se ve, en apoyo
a los presos de ETA y en ella se corearon consignas en su favor. ¿En
qué apoyan a los presos? ¿Desean que los dejen en libertad ahora
que ya dicen entender que lo que han hecho está mal? ¿Deberíamos
aplicar ese mismo rasero a todos los presos del país que asumieran
públicamente que el delito por el que les han condenado es algo que
no se debe hacer? ¿O lo limitamos sólo a los que hayan asesinado a
sangre fría con un tiro en la nuca o una bomba bajo un coche?
Si en una
sociedad hay tantas personas que apoyan a los miembros de una banda
terrorista quizás, en vez de convocar manifestaciones, los
gobernantes deberían encargar un estudio sociológico en profundidad
que les diera las claves para conducir a sus habitantes por caminos
menos tortuosos.
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