miércoles, 18 de junio de 2014

Rey , república y figuras de cera

No entiendo a los nacionalistas del PNV y CiU que le piden al nuevo rey que no sea «una figura de cera que se pasea de evento en evento». Yo recuerdo cuando era un joven al que explicaban que en Gran Bretaña había una monarquía parlamentaria en la que la reina «reina pero no gobierna». Yo vivía en una dictadura y no entendía para qué servía una reina que no gobernaba en su reino, pero me parecía el colmo de la modernidad.
Cuando ya un poco mayor tuve la ocasión de votar la constitución de 1978 empecé a sentirme un algo orgulloso de vivir en un país que empezaba a parecerse a Gran Bretaña. También aquí tendríamos un rey que reinaría pero no gobernaría. Ya comenzaba a entender un poco para qué servía esa figura.
Han pasado 35 años desde que se aprobó aquella constitución. El rey ha reinado pero no gobernado, con luces y sombras, no seré yo quien defienda a capa y espada a Juan Carlos I, pero sí puedo defender la institución que ha representado, porque ha permitido el juego democrático y ha limitado su papel al meramente institucional. Es decir, ha hecho, en política, lo que debía hacer.
No digo, como algunos monárquicos extraviados, que el rey nos ha dado la libertad o la democracia. No lo digo porque no lo siento, porque no es cierto. En todo caso nos habrá devuelto la libertad o la democracia. Pero no nos la ha dado, era nuestra y nos la habían arrebatado.
Ahora los republicanos quieren votar la forma de la jefatura del estado. Unos dicen que, por su edad, no votaron en su día la constitución. Otros, que la votaron, dicen que en aquellos tiempos no era una votación totalmente libre porque las fuerzas de la dictadura aún acechaban.
La constitución prevé la forma de modificar la jefatura del estado, así que, los que desean una república, ya saben como funciona la democracia: deben conseguir la suficiente representación para llevarla a cabo en las cortes. Lo demás son ganas de marear la perdiz.
Volviendo a los nacionalistas y a las figuras de cera. ¿Aceptarían que el rey dejara de ser una figura de cera para orientar la política hacia una centralización de la administración? Seguro que eso ya no les haría tanta gracia. Aunque un estado centralizado puede ser tan democrático como otro que no lo es. ¿Acaso es menos democracia Francia que Alemania?
Pero claro, PNV y CiU quieren que el rey intervenga en la dirección que a ellos les conviene y eso, queridos nacionalistas, es saltarse las reglas del juego.
La figura del rey es institucional y no debe apoyar las aspiraciones de ninguna Comunidad Autónoma de diferente forma a como lo haría con otras.
El único riesgo para la democracia de estos 35 años de constitución ha surgido de la violación de la legalidad: terrorismo, golpe de estado, corrupción, nepotismo...
La defensa de la democracia se hace respetando la ley, no esquivándola. Y una forma de respetarla es cambiándola de acuerdo con los mecanismos previstos, no buscando atajos o subterfugios disfrazados de consultas populares.

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